Naciones Unidas, 27 mar (EFE).- Argentina volvió a llevar a Naciones Unidas su histórico reclamo sobre las Malvinas, acto en el que contó con el respaldo "unánime" de América Latina para exigir al Reino Unido que negocie sobre la soberanía de las islas, pero los británicos rechazaron los buenos oficios del secretario general de la ONU.
El canciller argentino, Héctor Timerman, se entrevistó con el secretario general de la ONU para pedirle nuevamente que ejerza sus buenos oficios ante las autoridades británicas, en un encuentro en el que dijo que Ban Ki-moon confirmó que Reino Unido rechazó la mediación ofrecida.
El canciller argentino, Héctor Marcos Timerman habla durante una rueda de prensa sobre las Islas Malvinas ayer, en la sede de la ONU en Nueva York (EE.UU.). EFE/Archivo
"Es lamentable que habiendo 40 resoluciones de la ONU para que los dos países negocien un acuerdo pacífico y definitivo sobre la soberanía de las islas, que el Reino Unido haya rechazado" los buenos oficios del secretario general, aseguró en rueda de prensa el jefe de la diplomacia argentina.
Al término de la reunión, y mientras Timerman y sus colegas latinoamericanos comparecían ante la prensa, la oficina del portavoz de Ban emitió un escueto comunicado en el que dijo tomar nota del "fuerte respaldo regional" al Gobierno argentino y en el que reiteró sus buenos oficios "si las partes están dispuestas a aceptarlos".
"El secretario general nos ha confirmado hoy que a pesar de las resoluciones de la ONU que le otorgan el mandato de hacer gestiones de buenos oficios, y a pesar de que Argentina las acepta, el Reino Unido ha mostrado su rechazo a la petición de buenos oficios", criticó el ministro de Exteriores.
Timerman estuvo acompañado en su visita a la ONU por el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, quien acudió al encuentro con Ban Ki-moon en representación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac); de su homólogo uruguayo, Luis Almagro, por el Mercosur, y del viceministro de Exteriores de Perú, José Beraún Aranibar, en nombre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
"La causa de Malvinas es por esencia una causa latinoamericana", sostuvo el ministro de Exteriores uruguayo, quien consideró que no hay derecho a "desmembrar" un estado, en referencia a la reciente consulta popular celebrada en las islas en la que sus habitantes aprobaron mayoritariamente seguir bajo jurisdicción británica.
Por su parte, el canciller cubano destacó la "permanente actitud constructiva" de Argentina para alcanzar una solución "pacífica y definitiva" a lo que consideró una "anacrónica situación colonial en suelo americano", y recordó el "permanente" interés de la región para que los dos países se sienten a negociar.
"No queda ninguna duda de dónde está parada América Latina" en torno al conflicto de las islas Malvinas, insistió Timerman, quien agradeció el respaldo "unánime" de los Gobiernos latinoamericanos a sus reclamos y reiteró el interés de su país de resolver la situación a través del diálogo.
El representante del Gobierno argentino volvió a repetir hoy que el referéndum celebrado en las islas el pasado 10 y 11 de marzo "fue ilegal" y dijo que "tampoco lo reconoce la ONU" porque se trata de una consulta organizada por una potencia colonizadora, como ya ocurrió en 1967 en el peñón de Gibraltar.
Timerman, que insistió en que el referéndum es "una maniobra inaceptable que no va a cambiar nada", quitó legitimidad a la consulta alegando que el 40 % de la población de las islas "nació a 14.000 kilómetros" de Malvinas y "ni siquiera llevan diez años" en el archipiélago.
Por su parte, el embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, lamentó que el ministro argentino y sus colegas de América Latina dediquen "tan poco tiempo" a hablar sobre los habitantes de las islas y la "expresión legítima de su derecho a la libre determinación y a elegir su propio destino".
Preguntado por una posible mediación del papa Francisco, Timerman recordó que la presidenta argentina, Cristina Fernández, ya se reunió con el santo padre y le pidió su intervención.
"Cuando el papa Francisco era el cardenal (argentino) Jorge Mario Bergoglio ya dijo que las Malvinas eran argentinas", añadió el canciller.
La guerra de las Malvinas se inició en abril de 1982 con el desembarco de tropas argentinas en el archipiélago y concluyó en junio de ese año con su rendición ante las fuerzas enviadas por el Reino Unido, conflicto en el que murieron 255 británicos, tres isleños y 649 argentinos. EFE
Al término de la reunión, y mientras Timerman y sus colegas latinoamericanos comparecían ante la prensa, la oficina del portavoz de Ban emitió un escueto comunicado en el que dijo tomar nota del "fuerte respaldo regional" al Gobierno argentino y en el que reiteró sus buenos oficios "si las partes están dispuestas a aceptarlos".
"El secretario general nos ha confirmado hoy que a pesar de las resoluciones de la ONU que le otorgan el mandato de hacer gestiones de buenos oficios, y a pesar de que Argentina las acepta, el Reino Unido ha mostrado su rechazo a la petición de buenos oficios", criticó el ministro de Exteriores.
Timerman estuvo acompañado en su visita a la ONU por el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, quien acudió al encuentro con Ban Ki-moon en representación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac); de su homólogo uruguayo, Luis Almagro, por el Mercosur, y del viceministro de Exteriores de Perú, José Beraún Aranibar, en nombre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
"La causa de Malvinas es por esencia una causa latinoamericana", sostuvo el ministro de Exteriores uruguayo, quien consideró que no hay derecho a "desmembrar" un estado, en referencia a la reciente consulta popular celebrada en las islas en la que sus habitantes aprobaron mayoritariamente seguir bajo jurisdicción británica.
Por su parte, el canciller cubano destacó la "permanente actitud constructiva" de Argentina para alcanzar una solución "pacífica y definitiva" a lo que consideró una "anacrónica situación colonial en suelo americano", y recordó el "permanente" interés de la región para que los dos países se sienten a negociar.
"No queda ninguna duda de dónde está parada América Latina" en torno al conflicto de las islas Malvinas, insistió Timerman, quien agradeció el respaldo "unánime" de los Gobiernos latinoamericanos a sus reclamos y reiteró el interés de su país de resolver la situación a través del diálogo.
El representante del Gobierno argentino volvió a repetir hoy que el referéndum celebrado en las islas el pasado 10 y 11 de marzo "fue ilegal" y dijo que "tampoco lo reconoce la ONU" porque se trata de una consulta organizada por una potencia colonizadora, como ya ocurrió en 1967 en el peñón de Gibraltar.
Timerman, que insistió en que el referéndum es "una maniobra inaceptable que no va a cambiar nada", quitó legitimidad a la consulta alegando que el 40 % de la población de las islas "nació a 14.000 kilómetros" de Malvinas y "ni siquiera llevan diez años" en el archipiélago.
Por su parte, el embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, lamentó que el ministro argentino y sus colegas de América Latina dediquen "tan poco tiempo" a hablar sobre los habitantes de las islas y la "expresión legítima de su derecho a la libre determinación y a elegir su propio destino".
Preguntado por una posible mediación del papa Francisco, Timerman recordó que la presidenta argentina, Cristina Fernández, ya se reunió con el santo padre y le pidió su intervención.
"Cuando el papa Francisco era el cardenal (argentino) Jorge Mario Bergoglio ya dijo que las Malvinas eran argentinas", añadió el canciller.
La guerra de las Malvinas se inició en abril de 1982 con el desembarco de tropas argentinas en el archipiélago y concluyó en junio de ese año con su rendición ante las fuerzas enviadas por el Reino Unido, conflicto en el que murieron 255 británicos, tres isleños y 649 argentinos. EFE
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