miércoles, 27 de marzo de 2013

FORO SOCIAL MUNDIAL


Activistas sociales, partidos de izquierda, sindicatos, feministas y ecologistas llegados desde distintos puntos del planeta, especialmente el norte de África, se unieron en una multitudinaria, colorida e inédita marcha en defensa de la “democracia, el trabajo, la libertad y dignidad” de los pueblos.


Por primera vez desde la caída del ex presidente Zine el Abidine Ben Ali y a poco más de un mes del asesinato del principal líder opositor, Chokri Belaid, los rebeldes tunecinos que se levantaron contra la pobreza y la opresión marcharon codo a codo con militantes del mundo entero para recordar las causas de su lucha.

"Esto es algo sin precedentes, con el régimen de Ben Ali nunca hubiese sido posible que trabajadores de todo el mundo se manifestaran juntos y en libertad" en Túnez, dijo a la prensa  Mouhieddine Cherbib, miembro del comité organizador del foro.

El punto de partida fue la céntrica Plaza 14 de enero, símbolo de la Primavera Arabe, y más concretamente de la huida de Ben Ali, ya que antes de la rebelión de diciembre y enero de 2011 se llamaba 7 de noviembre por la fecha en la que éste asumió el poder.
Más de 30 mil personas y asociaciones de todo el mundo participarán hasta el sábado de tallares, reuniones y conferencias


Solo los movimientos islamistas, ahora en el poder, faltaron a la protesta, que transcurrió por la avenida Habib Bourguiba, con enormes palmeras y edificios de gran envergadura que dan cuenta de la modernidad de la capital tunecina, y que se vio colmada principalmente de banderas árabes y fotos de Belaid.

La manifestación arrancó con una cabecera que dejó también un claro mensaje de rechazo al “extremismo” dirigido al gobierno tunecino de mayoría islamista por el asesinato de Belaid, que sus familiares y compañeros atribuyen a grupos radicales vinculados al partido gubernamental.

“Justicia, justicia”, pedían miles de tunecinos, entre ellos muchos jóvenes con camisetas con la imagen de Belaid, banderas o fotos con su rostro.

“La situación es peligrosa, no hay seguridad, y también está claro que los islamistas no quieren un cambio económico y social, son liberales”, dijo a Télam Riadh Mohamed, un activista de 30 años.

En la protesta se hizo presente Hama Hamami, líder del Partido de los Obreros Comunistas de Túnez (POCT), principal agrupación del Frente Popular, bloque de izquierda del que Belaid era el máximo referente, y que ahora ha quedado bajo su liderazgo.

El asesinato del dirigente de la izquierda tunecina no sólo convulsionó el proceso de transición iniciado hace más de dos años sino que supuso un quiebre importante entre los grupos seculares y los islamistas, e hizo aumentar el temor, sobretodo de las feministas, a que el país vire hacia posiciones más radicales. 

“Aquí en Túnez estamos siendo amenazadas por los islamistas porque quieren que las mujeres seamos como esclavas pero no vamos a aceptarlo”, sostuvo ante Télam Asma Thatemori, activista de 23 años y miembro de la ATFD (Association Tunisienne des Femmes Démocrates).

Los problemas de la convulsionada Túnez estuvieron en el centro de los reclamos de la marcha “altermundista”, pero tampoco faltaron las tradicionales consignas contra el pago de la deuda externa, la dictadura de los mercados y el capitalismo salvaje.

Tunecinos, egipcios, marroquíes, argelinos, palestinos, saharahuis, sudafricanas, brasileños, argentinos y muchos otros representantes de movimientos sociales cuestionan desde sus distintos ámbitos de trabajo el modelo neoliberal hegemónico y proclamaron que “Otro Mundo es posible”.

Desde mujeres sudafricanas de cooperativas rurales, pasando por argentinos del movimiento de defensa de la vivienda familiar hasta la lucha de los pueblos saharauis y palestino se hicieron presentes y se hermanaron en la cuna de la primavera árabe.

El FSM, la principal cita anual del movimiento anticapitalista dio así su puntapié inicial.

Más de 30 mil personas y asociaciones de todo el mundo participarán hasta el sábado de tallares, reuniones y conferencias que estarán enfocadas en los problemas económicos y sociales de la actualidad y, especialmente, en los desafíos de los países árabes.

Las mujeres tendrán un papel relevante, ya que están en el centro del debate político tras las revoluciones que transformaron el mundo árabe en los últimos dos años.

Ya antes del arranque del FSM, mujeres tunecinas, con el apoyo de feministas del resto del planeta, llamaron hoy a luchar para evitar que, en la etapa post-revolucionaria, el “fundamentalismo” islámico “se apropie y controle” sus cuerpos.

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