La crisis financiera que vive Chipre, con sólo un millón de habitantes,
vuelve a poner en evidencia no solamente la vulnerabilidad de la
economía europea, sino también la fragilidad global. Este país no llega a
ser ni el 1% de la población y la economía de los 17 países de la
Eurozona que tienen el euro como moneda. Pero sus dificultades para
acordar un plan de rescate con la UE, el BCE y el FMI,- la llamada
troika,- no sólo ha recreado el temor sobre la estabilidad financiera de
Europa, sino que alteró los valores de Wall Street y generó
incertidumbre sobre el crecimiento mundial en 2013. La percepción es que
si Chipre abandona el euro, siendo el primer país que lo hace,
aumentará la posibilidad de que lo hagan los países denominados PIIGS
(por sus iniciales Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España,- Spain en
inglés.-) La combinación de la salida de Chipre del euro, con la
prolongación de la crisis política en Italia, puede generar una tormenta
de envergadura, que arrastrando a Europa, se proyecte al resto del
mundo. Tanto la resistencia chipriota frente al corralito a los
depósitos bancarios, como el rechazo de los votantes italianos a los
candidatos más identificados con la racionalidad económica, muestran que
el factor social, es cada vez más una variable que está condicionando
la ejecución de las políticas de estabilización económica.
Frente a la crisis de Chipre, se han evidenciado nuevamente en Europa y
los organismos financieros internacionales dos visiones. Por un lado la
de Alemania, que exige ajustes para acceder al auxilio financiero de los
rescates. Esta posición ha tenido una variante más extrema expresada
públicamente por legisladores alemanes, de que un país tan pequeño como
Chipre no puede provocar una crisis europea ni una crisis global y que
en consecuencia puede ser la oportunidad para mostrar que si algún país
de los diecisiete de la eurozona deja el euro, ello no implica una
crisis incontrolable ni para Europa ni para el mundo. Pero cabe señalar
que en la Democracia Cristina que gobierna Alemania, otras opiniones
sostienen que es mejor sostener a Chipre, porque su crisis puede influir
en las elecciones alemanas que se realizan a mediados de año. Por su
parte el Banco Mundial expuso públicamente que la bancarrota de Chipre
puede desatar un efecto en cascada primero en la eurozona, luego en la
UE y finalmente en el mundo y que ello puede ocurrir en forma simultánea
dada el funcionamiento de la globalización financiera y la velocidad
que le imprimen las nuevas tecnologías de la comunicación. Lo cierto es
que la crisis chipriota se prolonga, con una situación crítica en la
cual las personas sólo pueden retirar 100 euros por día de los bancos.
La versión que se difundió en paralelo acerca de que los bancos europeos
sufrirían una quita no sólo en Chipre, contribuyó a aumentar la
incertidumbre creada por la crisis de este pequeño país.
El rol de Rusia en Chipre, evidencia también como la globalización puede
generar efectos colaterales de importancia. Desde el agravamiento de
esta crisis días atrás, Rusia comenzó a jugar un rol importante en ella,
ofreciendo participar en el rescate, aunque se trate de un país
importante, ajeno tanto a la UE como al Euro. Incluso se mencionó que
Gazpron, la empresa estatal rusa de gas, podría también participar en
este rescate. Cabe señalar que entorno a Chipre se han encontrado nuevas
reservas de gas, lo que incluso ha generado tensiones con Turquía, que
le disputa la soberanía sobre el fondo del mar Mediterráneo que se
extiende entre ambos países. Pero más allá del interés de Moscú por el
gas desde la perspectiva estratégica global -es uno de los mayores
productores del mundo- los bancos rusos están muy expuestos a una crisis
chipriota. Tienen 26.000 millones de dólares en depósitos de Chipre y
han dado crédito a empresas del país por 40.000 millones. Por ello, la
quiebra del pequeño país, podría tener un costo para Rusia de un valor
aproximado al 2% de su PBI, según estimaciones privadas.
Mientras se sigue con atención la crisis de Chipre, en el mundo están
sucediendo cosas relevantes. El 26 y el 27 de marzo, se realiza en
Durban (Sudáfrica), la V Cumbre de Presidentes del grupo BRICS,
integrado por Brasil, Rusia, India, China y el país anfitrión. Buscaran
avanzar hacia la organización de una entidad financiera global común,
entre otras iniciativas. También a fin de marzo, se reúne la Cumbre de
la Liga Árabe en Doha. En esta reunión, la Liga aceptará al gobierno
provisorio de los rebeldes sirios, como representante del país. Por su
parte de Obama acaba de realizar una gira por Israel, Palestina y
Jordania, en la cual ratificó la alianza con el primer país pese a sus
diferencias con Netanyahu, e intentó convencer a Abbas de reanudar el
diálogo aunque continúa la política israelí de establecer nuevas
colonias en los territorios ocupados. Por su parte el Secretario de
Estado (Kerry), visitó sorpresivamente Irak, exigiendo a su gobierno que
impida los vuelos iraníes que abastecen al gobierno de Assad, a través
del espacio aéreo iraní. Ello sucede cuando se acaban de cumplir diez
años de la invasión a este país y en Afganistán las fuerzas
estadounidenses entregaron el control de la cárcel más importante a las
fuerzas del país. Corea del Norte, puso su artillería apuntando hacia
EEUU. A ello se suma el rol que está teniendo el nuevo Papa, quien en
pocos días de Pontificado ha puesto en evidencia que siendo el primero
no europeo desde los inicios del Cristianismo, puede no sólo cambiar la
Iglesia Católica, sino también ejercer influencia global, tanto mediante
el diálogo inter-religioso como con sus críticas a los excesos del
capitalismo.
En conclusión: la crisis de Chipre, con nada más que un millón de
habitantes, pone en evidencia no sólo la vulnerabilidad de la zona euro,
sino también la fragilidad mundial; mientras algunas opiniones en
Europa sostienen que un país tan pequeño no puede afectar el mundo, el
Banco Mundial cree lo contrario; la crisis de este país involucra a
Rusia, no sólo por sus intereses gasíferos, sino por la alta exposición
de sus bancos tanto en los depósitos como en los créditos de Chipre y
paralelamente, tienen lugar eventos trascendentes, como las cumbres del
BRICS y la Liga Árabe, la gira de Obama en Medio Oriente y el rol global
del nuevo Papa.
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