El periodismo sufre una doble crisis y por ello los periodistas atraviesan momentos difíciles en nuestro país según el último informe realizado por la APM, Asociación de Prensa Madrileña. Así, este organismo pone de relieve el elevado número de jóvenes que tras su paso por la facultad no encuentran trabajo y el aumento de despidos de periodistas.
La situación, no obstante, se ha agravado debido fundamentalmente de la crisis económica. Unos 5.000 profesionales, según el diario el Mundo, fueron despedidos el año pasado. Y la situación no parece mejorar debido a la aplicación continua de ERE, que se suman a los ya aplicados como el caso de ABC.
Ante este panorama se deberían plantear varias acciones encaminadas a mejorar la profesión periodística. En primer lugar, lo fundamental sería conseguir superar la primera crisis, la económica, para posteriormente, poner en marcha un nuevo modelo atractivo de periodismo digital.
Algunos autores plantean que el nuevo periodismo pasa por la incorporación de las tecnologías aplicadas a los nuevos modelos de negocio y la integración multimedia de todos los formatos. Es decir, sacar el máximo potencial a Internet teniendo en cuenta la forma tradicional de entender el periodismo.
Además, es necesario una especialización real que permita profundizar en los temas, ya que la audiencia demanda en mayor medida unos conocimientos más rigurosos, exactos y precisos. Este objetivo se aleja del “periodista polivalente”, que se centra en diversos acontecimientos, pero que es incapaz de tratar rigurosamente uno.
Junto a ello, se debe apostar por nuevos tipos de formatos que atraigan al público, al mismo tiempo, que se tratan con objetividad y coherencia los diferentes temas. No es, por tanto, una cuestión de dar primacía a la forma, sino que ésta sea una herramienta fundamental a la hora de presentar los contenidos.
El panorama atraviesa por momentos complicados materializados en despidos y paro, pero el futuro está lleno de potencialidades que el periodista actual debe aprovechar. Estamos ante un futuro incierto pero decisivo, a la vez que apasionante.
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